viernes, 9 de agosto de 2013

REFRANES Y CHASCARRILLOS

Bueno, pues parece ser que dos semanas después del gravísimo accidente ferroviario sucedido en Santiago de Compostela que provocó la muerte de 80 personas (ver aquí) los presidentes de las dos compañías implicadas han comparecido -por fin- ante los medios. Y ese discurso para el que han necesitado dos semanas de preparación ha venido a señalar de nuevo como único culpable al señor maquinista -que culpa tuvo, desde luego- y a escurrir responsabilidades hacia abajo, esta vez a los encargados de seguridad y calidad (ver noticia). Esta pareja de personajillos, seguramente compañeros de pupitre en algún colegio religioso de pago, no han querido añadir mucho más a su comparecencia de apenas 15 minutos y ya está. Todo eso era lo que nos querían explicar a los millones de españoles que sufrimos, junto a las familias de los afectados, pegados al televisor hace quince días. Pero es que no hace tampoco tanto tiempo (ver aquí) que vimos como nuestros grandes mandamases se montaban, sonrisa en cara, en los cómodos asientos preferentes de un AVE que los llevó en el trayecto inaugural Madrid-Alicante. Lo digo porque a la hora de ponerse medallas, los presidentes son los primeros. Ahí teníamos al señor Rajoy, la ministra Mato, a nuestro príncipe, al señor Margallo -que por cierto anda desaparecido-, y a otros tantos más figurando como si hubiesen sido ellos los que hubieran trabajado día y noche colocando traviesas de hormigón para cumplir con los plazos, eso sí por un sueldo ridículo que no da el presupuesto para más. Es decir, se adueñan del trabajo de los pobres curritos cuando les conviene, y sin embargo cuando vienen mal dadas ellos no han hecho absolutamente nada. ¿Exceso de velocidad? Cosa del maquinista ?Falta de sistemas de seguridad? Cosa del departamento de calidad ¿Trayecto mal trazado? Cosa del ingeniero ¿Ingeniero temerario? Cosa de recursos humanos... Y así, pues hasta el infinito y más allá como diría Buzz. El caso es que el señor Julio Gómez Pomar y el señor Gonzalo Ferré -no olviden estos nombres-, presidentes de RENFE y ADIF respectivamente, han escurrido el bulto vilmente y con premeditación. Lo de hoy no podrán achacarlo al calor del momento, no. Lo de hoy ha sido un ejercicio de cara a la galería, el "ojo que nunca me escondí de dar explicaciones", pero que aclarar, lo que se dice aclarar, nada de nada. Todo balones fuera, aquí sálvese quien pueda y tonto el último.



[FUENTE: elplural.com]

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