lunes, 17 de junio de 2013

LO QUE PASA CUANDO TE PASAS

Parece que últimamente el oficio de juez está de moda. Y más si hablamos de los jueces Silva, Castro o Ruz.
El juez José Elpidio Silva es un señor que hace poco decidió encarcelar sin fianza a un tal Miguel Blesa, que por lo visto fue en su momento presidente de Caja Madrid, acusándolo de irregularidades en la entidad. La noticia no pasó desapercibida para nadie, ni siquiera para la fiscalía del estado, que ahora anda investigando al juez Silva, acosándolo y presionándolo no solo para que se aparte del caso sino para que éste deje su carrera para siempre. De momento han conseguido apartarlo del caso, que ahora lo lleva su sustituto un tal Antonio Toro. Por lo visto Antonio tiene que ser amigo de Blesa, quiero decir, de Rajoy (ver noticia).
Por otra parte, el señor José Castro es el encargado de investigar el caso Noos, que a día de hoy se ha encontrado con un informe de Hacienda en el que aparecen hasta catorce fincas que supuestamente vendió la infanta Cristina y con las que hizo una pequeña fortuna de casi dos millones de euritos. Lo curioso del asunto es que esas fincas, por lo visto, nunca fueron suyas. Así que habrá que investigar... De momento, siendo el ministro Montoro interrogado esta mañana sobre el asunto éste alegó desconocer totalmente el asunto. Menudo pájaro está hecho. ¿Qué diablos hace este señor al frente de un ministerio cuando desconoce asuntos tan importantes? Porque que no esté al tanto de lo que hace nuestra vecina del quinto, pase. Pero la casa real... no es un vecino más (ver noticia).
Para terminar, el juez que lleva ese eterno caso Bárcenas, Pablo Ruz, se encontró hace poco que la fortuna que el ex-tesorero popular ocultaba en Suiza ahora se eleva a casi 50 millones de euros -ochocientos millones de pesetas, como dirían en mi pueblo-. (ver noticia).
En fin, algunos dicen que la justicia es ciega, aunque en este país está ciega por las drogas que le suministran desde los órganos de poder. Una de tantas vergüenzas que tenemos que aguantar. Desgraciadamente, una de tantas. Aunque cabría pensar qué diablos están ocultando nuestros queridos políticos, cómo de gordo tiene que ser para tenernos mareados con tanta tontería que al final todos sabemos como va a terminar. ¿Qué leches pasa ahí arriba que no les importa desprestigiar a la Casa Real?


[FUENTES: eldiario.es / elpais.com]

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