lunes, 3 de junio de 2013

HABÍA UNA VEZ UN BARQUITO CHIQUITITO

Una noticia curiosa con la que ir abriendo boca es la del submarino que no podía navegar. Si, han leído bien. Aunque les suene a chiste o canción infantil, es totalmente verídico. Al parecer el ministerio de defensa había encargado a una empresa llamada Navantia la construcción de cuatro submarinos por el módico precio de 2.200 millones de euros. Bien. Esos submarinos, denominados serie S-80, como si fuesen un nuevo ingenio de Nokia, son 100% españoles y no noruegos como cabría suponer. Y claro, con esos antecedentes, no nos ha extrañado que después de tantos recursos e ingenieros, haya resultado que debido a un error en el diseño estos submarinos o serían capaces de emerger una vez sumergidos. La razón, al parecer, es que están muy gordos. Les sobran, según los expertos, unas cien toneladas de peso -unos cien mil kilos de ná-. Eso, según los expertos. Esos mismos que lo han diseñado tan deputamadre. Y como era de suponer, este error conllevará un atraso en la entrega de dos años más, además de un incremento en el presupuesto inicial de más de 500 millones de euritos (ver noticia). Nada. Si eso no es nada. Total, qué son tres mil millones de euros. Sobretodo en algo que no es un capricho, sino una urgencia nacional. Tenemos que defender nuestras costas de los argelinos que nos invaden vía patera armados con cuchillos y machetes... Mientras, mucha gente llora la pérdida de sus casas, de sus trabajos, o de familiares que no han podido ser atendidos por unos medios sanitarios sin recursos ni personal. Pero lloran contentos, ahora que saben que su país ya tiene cuatro submarinos más. ¿Contentos? ¡Qué digo contentos! Exultantes. Eufóricos. Exaltados. Rabiosos...


[FUENTE: elperiodico.com]

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