viernes, 27 de septiembre de 2013

MADRID 2020, EL CUENTO DE LA LECHERA, Y RELAXING CUP OF CAFÉ CON LECHE

Iban a ser las Olimpiadas más baratas de la historia, de saldo. Y además, el dinero que faltaba ya los teníamos, según insistió Ana Botella ante el Comité Olímpico Internacional (COI). Pero ahora que la oposición propone invertirlo en gasto social, la pasta se ha esfumado, nunca estuvo ahí: “Tengo que despertarle del sueño, no nos ha tocado la lotería”, respondió la concejal de Hacienda, Concepción Dancausa al líder socialista en Madrid, Jaime Lissavetzky.
La inversión, o inversioncita, que quedaba por hacer para Madrid 2020 era de 1.518 millones de euros. Según Botella, una cantidad que repartida entre Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Gobierno central, a lo largo de seis años, supondría un gasto “asumible” de 75 millones anuales. Pero ahora que la candidatura ha pasado de sueño a pesadilla, el PSOE había pedido a Botella que invirtiese ese dinero en luchar contra la pobreza, fomentar el empleo, potencia el acceso a la vivienda pública, reflotar el hundido turismo de la ciudad, recuperar las becas comedor o limpiar una ciudad cada día más sucia. Lo que tuvo como respuesta del gobierno municipal ha sido un rotundo no have money. Porque resulta que el dinero era una previsión: “A partir de 2016, la situación financiera generará unos excedentes que permitirán afrontar nuevos proyectos de inversión y reforzamiento de los servicios municipales que permiten el funcionamiento de la ciudad”. O sea, que los fondos saldrían de la esperanza de que la ciudad mejorase. Sin embargo, el compromiso del Ayuntamiento con el COI era construir cuatro nuevas instalaciones deportivas, reformar otras dos y levantar la villa olímpica. Y todo esto debía empezar antes de 2016, por lo que Botella debería haber sacado los fondos de algún sitio y no esperar a conseguirlos en 2017.
En fin, nuestros políticos nos engañan, lo que no nos sorprende. Lo que nos sorprende es lo fácilmente que se engañan a sí mismos, que hasta se terminan por creer sus propias trolas. Todo esto, eso si, con una relaxing cup of café con leche in plaza mayor, como diría la señora Botella allá en Buenos Aires para vergüenza de todos...


[FUENTE: elplural.com]

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