martes, 1 de octubre de 2013

BANKRUPTCY

Cuando quedaban pocas horas –menos de siete- para que se cumpliera el plazo en que entra en vigor el temido cierre del Gobierno por falta de presupuesto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, compareció durante unos momentos en la sala de prensa de la Casa Blanca para acusar a una pequeña facción de congresistas de secuestrar al Gobierno en su totalidad. Así comienza uno de los muchos artículos escritos a tenor de este terrible acontecimiento (ver noticia). Y es que el Tea Party -el ala más extremista de la derecha americana-, grupo integrado en el partido Republicano, ha chantajeado al gobierno electo con los presupuestos, intentando que el señor Obama diera marcha atrás y suspendiera una reforma sanitaria que pretende asegurar una sanidad pública para el pueblo americano, todo esto a cambio de aprobar los presupuestos generales del ejercicio que acaban de inicar. Es decir, esos acomodados empresarios e hijos de papá, con planes de pensiones privados y un seguro médico completo, han conseguido parar toda la maquinaria gubernamental por no dar su brazo a torcer, hasta tal punto que han preferido que el gobierno se declare prácticamente en bancarrota antes de que los pobres puedan acceder de alguna manera a una sanidad que, de no ser así, controlarían ellos y cobrarían bien cobrada. Para esta panda de sinvergüenzas -que es lo que son- les resulta totalmente indiferente que esta medida afecte a casi dos millones de personas. ¡Dos millones de familias! Pues 800.000 personas se han debido de quedar en sus casas hoy, despedidas, y un millón seguirá trabajando, pero eso sí, sin cobrar, porque como no hay presupuesto, no hay dinero. Esa gente debería de pensárselo bastante bien cuando salga a la calle a pasear, sobretodo si no llevan veinte guardaespaladas. Porque sabrán que gracias a ellos dos millones de personas les guardarán bastante rencor, en un país donde llevar un arma encima es legal. Espero que se lo hayan pensado bien, porque ya no hay vuelta atrás posible. Ayer Barak Obama apareció en todas las televisiones anunciando la nueva situación, viéndose obligado a pasar por ese mal trago. Al menos las encuestas le han respaldado, y la intención de voto del pueblo americano a favor de los republicanos ha caído en picado. Al menos esta gente que habla inglés parece sensata y no olvida quién es quien mira más por ellos y quién mira más por su dinero. Al menos hay esperanza, con unos mimbres así. Esperemos que pueda servir de ejemplo para el resto del mundo, para que los pueblos se den cuenta de quién los gobierna y en nombre de quién. Esperemos...


[FUENTE: elpais.com]

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