viernes, 4 de octubre de 2013

CON LAS CUENTAS CLARAS

¿Quién vigila a los vigilantes? En el caso de España, nadie. Es la mano izquierda quien fiscaliza a la derecha, bajo las ordenes de un mismo cerebro. Son los propios partidos quienes nombran a los miembros del Tribunal de Cuentas que examinan su contabilidad. ¿El resultado de esa dependencia casi jerárquica? A la vista está. El Tribunal de Cuentas entrega sus informes con cinco años de retraso, justo el plazo en el que prescribe el delito de financiación ilegal. Sus investigaciones nunca han encontrado ni uno solo de losgrandes escándalos de corrupción. Ni los sobres de Bárcenas, ni la Gürtel, ni el Palau, ni Nöos ni los Eres de Andalucía han sido descubiertos por este inútil órgano de control que está capturado por sus supuestos vigilados. ¿La solución? Basta con mirar al extranjero: consiste en crear organismos formados por personas realmente independientes del poder político, nombrados por mayorías cualificadas, con mandatos irrevocables y también no renovables. Es lo que hacen en Francia, donde –por ejemplo– las cuentas de la campaña del expresidente Nicolas Sarkozy han sido rechazadas; esto implica que su partido perderá gran parte de sus subvenciones oficiales. Se trata de la contabilidad de 2012. En España, no sabremos cómo fueron las cuentas de los partidos en ese año hasta 2017, con suerte. Y si aparece alguna irregularidad, no habrá tampoco una durísima sanción.


[FUENTE: eldiaro.es]

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