viernes, 8 de febrero de 2013

TODOS SON UNOS SANTOS

El caso de Ana Mato, nuestra Ministra de Sanidad, es especial. Porque después de descubrirse que su ex-marido, Jesús Sepúlveda, quien todavía forma parte de las filas del PP, recibiera dinero de la trama Gürtel, sigue en sus trece y continua negando hasta la saciedad. Por hacer un pequeño resumen, diremos que entre los años 2000 y 2004, el entonces matrimonio se aprovechó de billetes de avión, viajes, estancias y fiestas valoradas en muchos miles de euros, que, según la policía, fueron pagados desde las cuentas del señor Correa, el cabecilla de la trama Gürtel antes mencionada. Pero lejos de aclarar nada nuestra ministra, se ha enrocado en que por entonces ya estaban divorciados, huyendo de toda responsabilidad. A día de hoy, se sabe que el matrimonio no se deshizo hasta mucho después, compartiendo cuenta bancaria hasta el 2007 y estando en régimen de gananciales -para los que no estén muy duchos, esto significa que el matrimonio en conjunto debe hacerse responsable de lo que haga cada uno de sus miembros por separado, incluyendo beneficios, deudas y demás, por lo menos según la ley española, amén de que sea cambiada- (ver noticia). Lo curioso del caso, como decíamos, es que aunque en un principio todo el PP la respaldaba, ahora empiezan a oírse voces que piden su dimisión dentro de su partido -y ya no digamos de la oposición-. La señora Mato, a mi entender, debería de abandonar su puesto de trabajo y desde su posición de ciudadana defenderse con las herramientas que pone a su disposición el sistema. Bueno, ella y todos los implicados por el caso Bárcenas -que serían todos, hasta nuestro presidente-. Pero en lo referente a su caso en particular, está empezando a ser vergonzoso y sangrante su terquedad a abandonar el poder, cuando hay pruebas más que evidentes de su posible implicación. Este partido que nos gobierna está confirmando que tienen más tropa que en la cueva de Alí-Babá, pero ninguno admite responsabilidades, más bien lo contrario, porque según ellos la culpa de todo es de los demás, de zapatero, de los catalanes, de los ciudadanos que vivieron por encima de sus posibilidades, de la prima de riesgo y de la sobrina de Ronaldo, pero ellos... ¡ellos! Ellos son unos santos.



[FUENTE: diariocritico.com]

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