Hace diez días -¡Sí, diez!- que los bancos chipriotas andan cerrados a cal y canto, y todavía siguen así. Y bueno, pues parece que por fin han llegado a un acuerdo los señores de la Troika con el presidente chipriota sobre qué hacer con la economía de su país. Y según nos cuentan, se trata de quitarles a los ahorradores un 30% del dinero depositado en los bancos. No se si se habrán ido de fiesta después de tan asombrosa decisión, pero se les ha visto salir muy contentos con la solución hayada. Se han mostrado muy optimistas ante su ocurrencia, aunque no estén muy de acuerdo precisamente muchos analistas y economístas. Porque según algunos Chipre podría perder el 20% de su PIB en cuatro años, entraría en una grave recesión y con toda probabilidad necesitaría más asistencia financiera en un futuro. Es decir, un nuevo rescate que les rescate del actual. Una verdadera burrada, vamos (ver noticia).
Y a eso es a lo que se dedican nuestros buenos gobernantes europeos, porque son ellos realmente quienes deciden sobre el futuro de todos. Ahora, no me preguntéis quiénes son porque nadie lo sabe. Se suele señalar a Dragui, siendo el máximo representante del BCE, pero él dice que no tienen poder de decisión que solo pone el dinero. Merkel desde luego se lava las manos, al igual que los bancos de NorteEuropa. El FMI, con la señora Lagarde, aclara que sólo está para mediar pero no dirige ni presta dinero. Al final, resulta que nadie hace nada, que las cosas se producen por arte de magia o iluminación divina. El caso es que le acaban de apañar el futuro a los chipriotas que sin comerlo ni beberlo se van a tragar un marrón que otros han creado y del que se han estado lucrando hasta hace bien poco.
[FUENTE: eldiario.es]
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